Milán, una de las grandes capitales de la moda.
Para mi lo mejor es la comodidad de ser pequeña. Así que la mayor parte de los puntos de interés se pueden recorrer a pie fácilmente.
Nosotros llegamos en tren a Milán desde Verona por la tarde. Vamos directos al hostal, y allí la dueña nos recomienda ir a cenar al barrio de Navigli.
Navigli
Dice que lo han arreglado todo y ahora es una zona ideal para salir y con mucho ambiente para pasear por su canal. Actualmente en Milán hay dos canales, pero hasta 1930 existieron cinco.
Llegamos en tranvía hasta allí y cenamos un delicioso Kebab, Laura dice que no tomaba uno tan bueno desde que vivía en Alemania, donde comía los auténticos turcos.
Después estuvimos paseando por el canal y disfrutando de la vida nocturna milanesa. Os recomendamos ir a esta zona por la noche, ¡no os lo perdáis!
Plaza del Duomo
Al día siguiente por la mañana vamos a visitar la ciudad, directos hasta la Plaza del Duomo, a una media hora andando. La catedral es de estilo gótico y es la sede episcopal de la Archidiócesis de Milán.
Nosotros no entramos dentro, pero para los que tengáis interés en ver su interior, os dejamos las tarifas:
Catedral: 2€
Terraza panorámica:
– Ascensor: 12€
– Escaleras: 7€
Baptisterio: 4€
Tesoro: 2€
Terraza en ascensor + Baptisterio + Tesoro: 13€
Terraza a pie + Baptisterio + Tesoro: 10€
Galería comercial Vittorio Emanuel II
Junto a la Catedral vemos la Galería comercial Vittorio Emanuel II, llena de turistas y milaneses. Dentro de la Galería destaca un increíble techo de cristal.
No olvidamos girar con nuestro talón sobre los testículos del toro que se encuentra en el centro de la galería para regresar en un futuro a Milán.
Teatro alla Scala
Al atravesar completamente la galería saldremos por el otro lado, a la Plaza de la Scala, donde veremos el famoso Teatro alla Scala.
Desde aquí tomaremos la calle que se encuentra a la derecha del teatro, la Via Giuseppe Verdi, y seguiremos siempre derecho hasta la Pinacoteca de Brera.
Castillo Sforzesco
Por la tarde era el momento de relajarse un poquito y conocer a la vez uno de los monumentos más importantes de Milán, el Castillo Sforzesco.
Se sitúa en el parque Sempione, y fue construido en el siglo XV por la familia Sforza. Cuenta con tres museos; Museo de Arte Histórico, el de Artes Aplicadas, y el Museo Arqueológico.
Nosotros no vamos con la idea de entrar a los museos del castillo sino simplemente dar un paseo tranquilamente como los milaneses por la zona.
Santa María delle Grazie
Tras tomar algo en el parque, pusimos rumbo ahora a Santa María delle Grazie para poder ver la Última Cena de Da Vinci.
Caminamos desde el Castillo por Via Marco Minghetti, pasamos por enfrente de la estación de trenes de Cadorna y seguimos por Via Giosuè Carducci. Al llegar a la esquina con Corso Magenta giramos a la derecha y seguimos por esta calle hasta llegar a la Basílica.
Tuvimos mucha mucha mucha suerte (por una vez..) porque normalmente hay que comprar las entradas con antelación, y cuando llegamos la entrada era gratuita y no tuvimos problemas para entrar.
Basílica de San Ambrosio
Nuestra última parada la hacemos para ver la Basílica de San Ambrosio, ya que nos sorprende ver la cantidad de gente que hay pintando.
Así que paramos un rato a ver cómo pintan los artistas, antes de volver a por nuestras mochilas, ya que esa misma noche cogeremos un tren nocturno hasta nuestra próxima parada Viena.
¡Nos vemos en la próxima parada!