Hay ciudades que enamoran a primera vista como es el caso de Zagreb, con la que sufrimos un flechazo desde el primer momento. Después de varios días en ciudades grandes, nos llama la atención por su encanto, y la facilidad para recorrerla a pie.
El centro de la ciudad cuenta con dos zonas; la antigua conocida como la Ciudad Alta, y la zona moderna, que se conoce como Ciudad Baja.
La ciudad está repleta de pequeños parques, donde poder descansar para tomar una mazorca de maíz, mientras que te conectas al wifi gratuito que hay por toda la ciudad.
Nosotros comenzamos nuestra ruta desde la estación de tren. Nos alojamos en un precioso apartamento muy cerquita de esta. La verdad es que es enorme y nos hubiera encantado poder estar mas días allí.
De camino al centro pasaremos junto al Pabellón de las Artes, y al Museo Mimara, el cual recibe el nombre de un coleccionista de arte croata que donó su colección privada. Casi enfrente, esta el Teatro Nacional de Croacia.
Continuamos por la Calle Ilica, una de las principales calles comerciales que nos lleva hasta la plaza principal, Ban Jelačić.
La Plaza Ban Jelačić, se encuentra rodeada de palacetes. También podréis encontrar el punto de información, para coger un mapa y situaros mejor en la ciudad.
Justo detrás de la plaza, se sitúa nuestra siguiente parada, el Mercado Dolac. Está dividido en dos niveles y venden de todo.
Desde allí caminaremos hasta la plaza Kaptol, donde se encuentra la Catedral y el Palacio Episcopal. La catedral es gótica, pero fue restaurada al estilo neogótico tras un terromoto.
Veremos una estatua dorada de la Virgen María sobre una alta columna.
A continuación vamos andando a la parte alta de la ciudad, hasta llegar a la Plaza Markov donde encontramos la Iglesia de San Marcos, la de las postales jeje. Característica por su tejado con los escudos de Croacia, Dalmacia, Eslovania y Zagreb.
En la plaza también está el Sabor o parlamento, donde se proclamó la independencia de Croacia del Imperio Austrohúngaro y el Banski Dvori, el Palacio Presidencial, lugar donde reinaban los virreyes.
Continuamos hacia la plaza Caterina recorriendo la calle Ćirilometodska.
Vemos por fuera el Museo de Arte Naive y al llegar a la plaza Caterina la Iglesia jesuita Santa Caterina, de estilo barroco del XVII.
Frente a la plaza, esta Torre Kula Lotršćak. Es una torre fortificada del siglo XIII.
Oímos música a la entrada del parque que está al lado de la torre y el funicular. Resulta que estaban varias parejas bailando en Stross Martre.
Es un lugar donde venden los vecinos de todo, y un recinto para poder disfrutar de espectáculos para gente de todas las edades, como pudimos observar.
Después de ver como bailaban, vamos bajando por la Puerta de Piedra o Stone Gate, la única de las cuatro puertas de las murallas que se conserva.
Según la leyenda un incendio en 1731 destruyó la puerta de madera a excepción de una pintura de la Virgen y el Niño. Eso hizo que la gente sintiera devoción por ella, pensando que es milagrosa y eso ha hecho que sea una zona de culto donde puedes ver gente rezando.
Bajamos por la calle Tkalciceva, llena de bares y restaurantes con terraza y con mucho ambiente.
Finalmente llegamos de nuevo a la plaza principal, donde nos encontramos con la grata sorpresa de que estaba dando un concierto de música rock de un grupo de Bielorrusia.
Por lo que vimos en los carteles de la ciudad, son grandes seguidores de este tipo de música. Esto nos confirma más que esta es nuestra ciudad y nos hace enamorarnos un poco más de ella. Un concierto así y gratuito en pleno Sol sería casi inviable.
Con pena, continuamos nuestro viaje para descubrir otras zonas de Croacia. ¡Nos vemos en la siguiente parada!